Hoy me he despertado muy pronto y precisamente hoy no tenía que madrugar. Normalmente me levanto a las cinco y hoy que tenía el despertador a las 7, me he despertado a las 4:30. Otro síntoma indiscutible que debería haber añadido a mi entrada anterior. O me muero de sueño o no duermo. Y me he levantado con muchas ganas de escribir, como siempre. Siempre tengo ganas de contar cuando me levanto y, o estoy super charlatana, o super "escribiente"
Y bueno, hemos llegado a la Navidad y he visto que este jueves va de eso y, no estaba muy inspirada y como aún estoy leyendo las entradas de los jueves de la semana pasada... me había dicho cuando leí la convocatoria que no iba a participar pero, ya veis, me ha atacado el insomnio, tengo ganas de contar y es Navidad y...
No tengo muy buenos recuerdos de mis últimas Navidades, bueno de un montón de años para aquí. Peleas, broncas, borracheras, disgustos, falsedades, apariencias... ¡Qué triste! ¡Y con tres hijos! Me divorcié unas vacaciones de Navidad... justito el día de los Santos Inocentes que mi ex no se creía lo que le estaba pidiendo! Va a hacer tres años desde entonces.
La primera Nochebuena, yo no tenía niños esa noche (la pasaban con mi ex) y el hombre que ocupaba mi corazón, pues ya me había enamorado de nuevo, no quiso venir a pasarlas conmigo. El día antes, paseando por mi parque a los perros, me puse a hablar con ALFONSO, un indigente de Gijón que allí dormía. Era un invierno muy frío. Me preguntó con quién pasaba la Nochebuena, y le dije que sola. Él no podia creérselo. Y, bueno, de repente, sin pensármelo mucho, le dije que por qué no se venía a casa a cenar y que si quería podía ducharse y quedarse a dormir. Y aceptó. Alguien de los que vamos por el parque le dio ropa limpia y él se aseó a conciencia ese día (en los lavabos públicos del parque). Llegó a casa hecho un primor. Ni rastro del Alfonso que yo conocía. Aseado, peinado, mudado... ¿Dónde había dejado sus cinco carritos? No lo recuerdo. Sólo se trajo una carpeta con sus documentos personales y su dinero. Vino cargado de botellas... ¡Yo, que no bebo! No había visto a nadie limpiar como limpió las espinas del pescado que comimos. Estaba contento y radiante y eso me hacía feliz. Durmió en la habitación de mi hija Anna, la peor habitación de la casa, porque Anna la tenía hecha un desastre! ¡Pues no sabéis las maravillas que decía! Que estaba en el cielo, decía...
A la mañana siguiente cuando me levanté, se había ido. No se había duchado, no había desayunado, no había hecho nada de ruido... sólo dejó algunas botellas, un ligero olor a tabaco y un rastro de Amor en mi casa.
Alfonso está mejor, ahora ya no duerme en la calle. Comparte piso con otro hombre y sigue viviendo de lo que encuentra. A mí me ha regalado muchas cosas de esas que encuentra... Las mejores, dos libros que, yo no lo sabía, serían muy importantes en mi crecimiento personal, en mi nueva vida: "Pensamientos del corazón" de Louise L. Hay y "Una meditción para cada día (pensamientos de grandes maestros para su desarrollo personal)" de Martínez Roca , lectura que me acompaña cada mañana mientras desayuno (hay un pensamiento para cada día del año).
Desde aquí doy gracias al Universo, al destino, a Dios, por cruzar a Alfonso en mi vida y, por supuesto, a él. Y a vosotros, mis adorables jueveros, por estar ahí, por hacerme sentir parte del grupo aunque no esté al 100% dedicada.
... Desde aquí Feliz Navidad a todos y un 2012 lleno de AMOR
Más Navidad en casa de GUS.