Suenan vencejos madre y tú ya no estás aquí para agarrar el
teléfono corriendo, llamarte y decirte, “ya
están aquí mamá, ya llegaron las golondrinas!”. Era un juego no pactado entre tú y yo, sin reglas; la que antes veía a las golondrinas, llamaba y “ganaba”. Ayer los
escuché por primera vez esta primavera… No son golondrinas madre, aunque tú y
yo llamáramos así a los vencejos; hasta que lo descubrí. Pero me informé ya
hará unos años. ¿Llegaste a saberlo? ¿Llegué a decírtelo? Ayer, una vez más, como en
las últimas cuatro primaveras que faltas,
se me pasó por la cabeza, como un rayo, apenas unas milésimas de segundo,
apenas un instante, llamarte. Al final de ese instante o, en ese mismo
instante, me di cuenta de que tú y yo ya no nos encontraríamos al otro lado del
teléfono. Pero de alguna forma madre, sé que tú sabes que han llegado. Suena mi
ciudad a vencejos y vuelve la esperanza a mí. Me siento feliz madre. Y
aprovecho una vez más hoy para decirte cuánto te amo y darte las gracias por la
vida.
https://www.youtube.com/watch?v=qN54WoWA3fs
Muy poéticamente sentido. Cuanto cariño entre líneas...
ResponderEliminarBesos
Me has emocionado recordando mis antiguas golondrinas, cada año hacían el nido en el mismo sitio en la casa de mis padres. Y esa llamada de teléfono, a mí era ella la que me llamaba todos los días.
ResponderEliminarEl tiempo hace que los hermosos recuerdos perduren.
Abrazos.