La unión fue tan dolorosa, que, al amanecer, Oureye se desmayó. Cuando recobró el sentido, él yacía a su lado, roncando. Oureye se tocó en el centro de su dolor y percibió algo húmedo y tibio. Se llevo los dedos a los ojos y vio la sangre. Bajó los párpados y se le apareció el rostro de su madre que le sonreía, mientras intentaba calmarla. ¿Por qué madre? ¿Por qué? En silencio, las lágrimas de Oureye rodaban mejillas abajo.
Totalmente intolerable. Muy bueno tu escrito. Besos
ResponderEliminarEsto es INTOLERABLE!!! total e increíblemente ABERRANTE!!!!
ResponderEliminarHay que gritar para que esto acabe!!!
Saludos
Nada lograremos conra esta barbara y cruel mutilación hasta que no tengamos el coraje de decir abiertamente que no es humano y que no debe respetarse estas mal llamadas tradiciones culturales. La ttolerancia religiosa o a las costumbres no debe cofundirse con la pasividad ante la tortura por mucho que se justifique por determinados elementos.
ResponderEliminarUn beso, Mar
Un hecho Intolerable, brutal. Por desgracia aún conociendose sigue permitiendose su práctica.
ResponderEliminarUn abrazo Mar.
Me rebela y me produce un dolor tremendo.
ResponderEliminarHay que recordarlo continuamente para que no suceda.
Besos.
Me parece intolerable y todo lo que se trabaje para que consigan erradicar esta práctica, es importante.
ResponderEliminarBesos y gracias...
Dolor por tradición. Y luego queremos definir al hombre como un ser tradicional... prefiero no ser hombre entonces si en esto consiste.
ResponderEliminarBesos.