SÍNTOMAS INDISCUTIBLES

-        Entonces, doctor, ¿seguro que es eso?

-     ¡Hombre! No lo dude, señora.

-       ¿Pero a mi edad? ¿Y con todo lo que llevo vivido?

    Pues sí, señora. No lo dude, le repito. Los síntomas son clarísimos: 

 Si uno va abrir la puerta de casa y se encuentra con la tarjeta de metro en la   mano, o en el metro con las llaves de casa para meterlas en la ranura donde debe insertar la tarjeta…

Si usted en el trabajo, en vez de trabajar se dedica a abrir el Facebook, con mínimas precauciones para que no la pillen, para ver si su Amado le ha dejado unas palabras allí… 

Si en la nevera empieza a pudrírsele todo… o, por el contario, en la nevera no queda nada pues habiéndose consumido todo usted nunca encuentra el tiempo para hacer la aburridísima compra…

Si va hacer una tortilla de patatas y en el preciso momento de ponerse a batir los huevos, le falta eso, los huevos…

Y eso no es todo… Hay más síntomas… Si recibe un mensaje suyo ¿no corre a abrirlo y dejar a quien sea con la palabra en la boca? ¿No nota cómo el corazón parece que va a salírsele de la caja torácica ante esos mensajes? ¿Y qué me dice de esa sensación de indigestión? ¿de esos nervios en la boca del estómago?

Si usted vibra con cada nota de su voz… si se queda embobada escuchándolo y no tiene necesidad más que de contemplarlo… o, también puede ocurrir, siente la necesidad de contarle a él su vida en una noche… si en mitad de la noche el deseo la despierta y se iría a su casa a las cuatro de la madrugada para encamarse con él y acoplarse a él… si se despierta hablando con él… si no tiene ganas de hacer otra cosa que estar con él… si la crisis no le importa…  ni quedarse en el paro, fíjese lo que le digo… porque usted se siente rica, millonaria… porque a usted ya le ha tocado la lotería… Si la mayoría de esas cosas pasan, o todas, y ese es su caso, señora, está usted enamorada. Los síntomas son indiscutibles.