domingo, 11 de abril de 2010

Y otra.

Mamá quería que cantáramos y bailáramos ésta en su entierro. Ésta no pudo ser por motivos varios, en esa ceremonia. Pero, desde luego, mamá la está escuchando hoy mientras que se la canto. Y desde luego, la tendrá en la ceremonia que le estoy organizando en su parroquia del barrio, para próximamente, o en alguna de las comidas que nos faltan por hacer. Porque mamá quería juerga a su muerte. Ya hicimos la comida de despedida con la familia de Asturias. Ahora quedan, para el próximo fin de semana una merienda cena con sus queridos vecinos y una comida con su familia catalana. Yaveis, mamá era todo un personaje. Famosa en el mundo entero, le decía yo, como la sidra El Gaitero. Tenía mucho de asturiana, de nacimiento, y de catalana, su patria de acogida. Pero tenía toda la gracia y el salero de su amada Andalucía. Le tiraba todo aquello, lo llevaba en la sangre. debe ser por eso que a mí también me atrae tanto esa tierra que no conozco. Uno de mis sueños es conocer Cádiz, de donde era mi abuelo paterno. Pronto, muy pronto.

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