¿Dos realidades o una sola? Este es mi mundo, esta mi realidad. La sequía extrema en muchos lugares de África, y las inundaciones en otros... La guerra que todo lo complica...
Me levanto esta mañana con la idea de hacer una aportación económica para ayudar a los damnificados por las inundaciones de Pakistán. Soy colaboradora de Oxfam, así que lo haré a través de esta organización. Además, hace ya mucho que ellos trabajan en el territorio de Pakistán. Conocen el terreno; tienen allí "infraestructuras". He visto este vídeo y otros en su web y los encontraréis en Youtube:
Junto a este vídeo, otras llamadas de atención me recuerdan que Haití sigue reconstruyéndose. ¿Nos habíamos olvidado? Y al lado, de Haití, en la misma página web, Sudán. ¿Y Sudán? ¿Cómo sigue ese tema? A pesar de la paz firmada en 2005, tras una guerra civil de veintiún años, Sudán sigue siendo una de las áreas más pobres y menos desarrolladas del planeta.
Desde luego, no podemos estar en todas las causas, desde luego. No podemos ayudar a todos(algunos tal vez, pero yo no). Además, por una razón o por otra, unas tragedias llaman más nuestra atención. En cualquier caso, ahora toca ayudar a Pakistán. Esto es un llamamiento de HELP, AYUDA urgente. Es una emergencia.
Pero África... Sudán, mi amada África me sigue doliendo, me sangra.
Son todas consecuencias del desequilibrio, de la brecha enorme entre ricos y pobres, entre explotadores y explotados...es así de simple. Pueblos que sólo pueden aspirar a que se les socorra y naciones que siguen saqueando sin consideración ni control. Mientras que las comunidades internacionales no presionen par poner límites y castigos a quienes irrespetan los derechos básicos de tabnta gente, seguiremos poniendo paños fríos en las heridas cuando se sucedan las grandes catástrofes.
ResponderEliminarAdmiro a los voluntarios que siguen ayudando allí, de cerca y pese a todo...
Cuánta verdad en todo lo que dices Neogeminis.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo verdaderamente trágico, Mar, es la cotidianidad de estas enormes tragedias que las transforman en "casi domésticas". Nos desayunamos con ellas, vivimos con ellas, nos acompañan junto a los anuncios de detergentes o los fichajes supermillonarios de los jugadores de fútbol. Una tragedia viene a sustituir a otra y esa otra queda relegada casi al olvido por mor de la inmediatez de la última tragedia acaecida. De este modo, corremos el peligro de que nos salgan callos en el alma.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí Pepe, es horrible esa cotidianidad. Me encanta esa expresión "callos en el alma". Tienes razón, corremos ese peligro.
ResponderEliminarUn abrazo