jueves, 2 de junio de 2011

ESTE JUEVES UN RELATO: ¿Me darías una oportunidad para conocerte mejor?


¿Me darías una oportunidad para conocerte mejor? Dime de qué tienes miedo. Cuéntame lo que no puedes contar a nadie porque te morirías de vergüenza. Muéstrame tus heridas suporosas y sangrantes. Permanece a mi lado más allá de este fugaz instante.

Estoy harta de abrirte mis puertas y abrirte mi cama y abrirte mi cuerpo para que luego salgas corriendo, despavorido, huyendo de ti mismo. Porque de mí no huyes… Si no, ¿para qué regresas?
Déjame que te diga que yo también estoy asustada. Permíteme que te cuente de qué me avergüenzo. Contempla mis heridas. Llora conmigo mi tristeza.
Deja que me entretenga en tus ojos. Sólo quiero conocerte mejor para amarte más allá de mi cama y de mi  cuerpo, ojos adentro.

 MÁS y distintas oportunidades en casa de GUS.

21 comentarios:

  1. Puertas abiertas, heridas sangrantes, corazones angustiados...a veces conviene guardar algo, conviene restañar los daños, cubrir los surcos con espumas, probar olvidos, a veces...
    Conocernos del todo, imposible, ni a nosotros mismos, del todo, se puede gastar una vida en ese empeño.
    Molts petons

    ResponderEliminar
  2. dejar partes nuestras por el camino, para que sirvan de signo, de certero conocieminto nos puede llevar a una total desolacion y lo hacemos tantas veces.
    Un beso

    Maria Jose

    ResponderEliminar
  3. Abrirnos al otro para permitirnos explorar nuestras verdaderas identidades: una oportunidad que pocas veces se brinda en plenitud y menos aún es correspondida.


    Un abrazo!

    ResponderEliminar
  4. Hola, Mar.

    ¡Que hermoso es eso de: Deja que me entretenga en tus ojos! Y lo que puede dar de sí la frase puesta en práctica.
    Me ha encantado volver a leerte.
    Un abrazo.
    Maat

    ResponderEliminar
  5. Cuéntame y deja que te cuente, nadie puede resistirse a una proposición tan bella.

    ResponderEliminar
  6. Hablas en tu relato de un ejercicio de sinceridad al que cualquiera teme y al que poc@s estan preparad@s para aceptar.
    Un beso

    ResponderEliminar
  7. Responder a una petición así da vertigo. Mostrar todo lo que uno es, demasiado complicado. Siempre quedan habitaciones sin abrir, tal vez con el tiempo se puedan ir ventilando.
    Mientras nos queda"entrenernos" en los ojos que nos miran.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  8. Tal vez se trate de ir por otros caminos... abrir otras habitaciones. No se... quizás.

    besos, Mar y gracias por tus buenos deseos.

    ResponderEliminar
  9. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  10. ufff...la dificil situación esa... la he vivido... es dificil dejarse amar eh... ¿por qué correr? hay que quedarse y disfrutar de todo! sin prisas... que tiempo sobra para todo en la vida! un beso. me encantó tu relato!

    ResponderEliminar
  11. Predicar en el desierto y al final lo que te llevas es una inmensa insolación.

    Texto a corazón abierto, salpicando y suplicando unir sangres de diferentes colores.

    Que negro lo veo... Abrazos

    ResponderEliminar
  12. A muchas personas les cuesta abrirse, entregarse, darse, más allá de la pura carnalidad en una relación. ¿Miedo, timidez, inseguridad, autodefensa?. No son capaces de abrir las puertas a su interior, al espacio que existe más allá de los ojos.
    Por no correr ese riesgo, quedan privados de relaciones mucho más enriquecedoras.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  13. Gracias a todos por vuestros comentarios. Contesto a todos, lo voy a intentar, de una:
    En verdad, creo que podemos llegar a conocernos a nosotros mismos bastante bien. Un trabajo que lleva tiempo sí, pero muchas veces necesario y para algunas personas vital. Respecto al otro, al amado, la pareja, el amigo... pues claro que es del todo imposible conocerlo del todo, saberlo tod de él o ella. No quería decir eso. Quería hablar de una relación entre una mujer y un hombre en la que ella desea un conocimiento más íntimo del otro, un conocimiento que vaya más allá de la pura carnalidad a la que yo y, creo que mi protagonista tampoco, no resto importancia, ni mucho menos. A veces un abrazo entregado, una mirada dicen más que mil palabras. Creo en la unión de las miradas como uno de los actos más íntimos entre dos personas. Pero esa mujer necesita palabras y, sobre todo, necesita que él permanezca y que no salga corriendo. En verdad, yo creo que un cierto grado de comunicación, de contar miedos penas y sueños es necesario. Y una cierta cantidad de tiempo compartido, claro.

    Natàlia: gracias por ese comentario tan poético. Me gusta "probar olvidos". Los olvidos se prueban sí. No se consiguen si no se entiende bien antes qué pasó.Petonets mil.

    Mª José, no sé si entiendo bien tu comentario y me parece muy profundo y estoy interesada en que me lo comentes mejor. serías tan amable de escribirme unas líneas más, aquí o a mi correo. Un abrazo

    ResponderEliminar
  14. Neogéminis: abrirnos al otro... Un abrazo

    Maat: me alegra que te haya gustado. He estado aprtada y... no sé... esto sólo es una colaboración con vosotros. No puedo comprometerme. Como el chico del relato :) Un beso

    ResponderEliminar
  15. Teresa, yo también lo veo así. Pero la mayría, creo, sale corriendo.
    Manuel, es difícil pero posible. en ese ejercicio de honestidad, de verdad, creo que se basan las relaciones más fuertes. Un beso

    ResponderEliminar
  16. Sí, San da vértigo. Quedan siempre habitaciones y altillos y sótanos... ¡UF! Un abrazo sonriendo.

    Cas: siempre, para vos mis buenos deseos. ¿Cómo te va este año de tu vida? Besossss

    Gastón: es difícil dejarse amar. Sí. ¿La has vivido? Yo también. ¿Desde que lado de la cama? Déjalo, déjalo. jajaja
    Qué bien tenerte por aquí de nuevo y que te haya gustado el relato. Yo hoy empezaré a leeros y dejaros comentarios. Aunque a veces no te deje nada, ¿sabes?, te sigo.
    Qué bello tu comentario, Alfredo. Unir sangres... Mis textos suelen ser a corazón abierto y... hasta de visceras abiertas diría yo, fíjate. No sé escribir de otra manera. Quizás por eso, a veces me salen churros. Poca elaboración. Poca revisión. Como en este. No hubo revisión apenas.

    ResponderEliminar
  17. Pepe, suelo coincidir contigo en tu visión de las cosas. Hoy también. Me gusta. Un abrazo muy sincero

    ResponderEliminar
  18. Amar ojos adentro... y por otra parte el miedo a que vean la parte imperfecta de uno mismo, porque al fin y al cabo es eso, la incapacidad para conocerse lo que impide que uno se ofrezca libre y sin máscaras...

    Besos

    ResponderEliminar
  19. Gracias por acercarte, Matices. Espero que te haya gustado. Besos

    ResponderEliminar
  20. he decidido comentr este jueves tirando de lista de la gente que me ha laído. tú estabas la primera, pero la hora de leerte, has sido la última. no por ello la menos importante. y de importar se trata tu relato, de desnudos que se quieren por lo superficial...¿qué clase de amor puede ser ese, marcita? ¿acaso un amor con miedo? ¿acaso un amor a la pata coja? ¿acaso un amor sin la a, ni la eme, ni na de na? ¿acaso...? la petición de conocimiento más allá de la piel es como una súplica, es como una oración de deseo , de desear amarte, de desear ser amada, de deseo...¿acaso no debe de ser bello levantarte y saber de qué pie coje el de enfrente, ese al que se ama, o ella...? saber de qué pie cojea significa compartir al instante sus sonrisas, incluso antes de que esta se produzca, saber de qué pie cojea el amante o la amada, significa compartir hasta la respiración y compartir las soledades cuando esta apetecen...saber, saberse, que te sepan...en el fondo es magnífico. pero tendemos a cerrar puertas. tendemos normalmente a abrir como mucho la piel. ¡qué penita!
    medio beso, marcita.

    ResponderEliminar
  21. Si supieras cuantas personas sufren por esa heridas, hartos de que algunas personas los vean distintos...
    Me gusto hacia donde llevastes el relato.
    Perdon por mi tardanza en dejar comentario pero agobida voy con mi trabajo.
    Primavera

    ResponderEliminar