martes, 2 de agosto de 2011

Reflexiones de Nuca Martín acerca de su parecido con Mar Martín

   Dicen que los perros se parecen a sus dueños. Y es verdad que muchas conductas las copiamos o, como mínimo, son consecuencia de lo que nos han enseñado. ¿Qué culpa tenemos nosotros si no nos educan? En cuanto al físico, a mi ama, Mar Martín, le gusta jugar a encontrar parecidos entre amos y perros. Yo, Nuca Martín, la dejo, pobrecilla, con semejante tontería;  porque  para mí un perro no se parece nada a un humano.


   Pero hoy, hoy una amiga le ha dicho que  que nos parecemos de cara y a Mar le ha hecho mucha gracia y se ha puesto muy contenta... ¿Y en qué se parece mi ama a mí? ¿O yo a ella? He estado pensando sobre ello y esto es lo que veo.
   Mar es perezosa como yo... le encanta dormir la siesta a mi lado, dejando que el sol que entra en la habitación bañe su costado. Pero si ella está en uno de esos días de siesta de pijama, en los que en un bajar de persiana impone la noche más entrada en su cuarto, yo no me quedo atrás. Busco la postura y afronto las dos horas, o lo que me echen,  de encerramiento prescrito como un oso polar que comienza la ivernación.

   A las dos nos gusta el ejercicio físico, pero sin pasarnos. Hacemos nuestros paseos por la ciudad si a ella se  lo pide el cuerpo (o cree que yo lo necesito) y si no, nos vamos hasta el parque "Jardinets de Montserrat" que está cinco minutos de casa y allí ella se pone a hablar con sus amigos y yo con los míos. Me gusta ir a allí, porque siempre cae algún premio, o encuentro alguna piedra magnífica o escavo la tierra... A veces unos  humanos que se pasan horas y horas ahí, dejan algo de comida por el suelo y también sus cacas que no recogen... Si Mar no se da cuenta, me escapo y en un plis plas me pongo las botas. Pero ella lo detecta en un santiamén si he comido excrementos humanos y se enfada un montón. Es de las pocas veces en que la puedo ver enfadada de verdad. Pero es que no lo puedo evitar, es que soy una tragona y, la verdad, ella también, que cuando pilla chocolate, no hay quien la pare. 
   Como vivimos en Barcelona no solemos ir a la playa ni al campo, pues no están tan cerca de casa y yo tengo prohibido por los humanos que mandan en esta ciudad, subir al metro (aunque lo he hecho por ignorancia de mi dueña) y al autobús y como Mar no conduce... no, no tiene carné, así que nos hallamos expuestos a la generosidad de nuestros amigos.  O, a que Mar, que ya os he dicho que es un tanto vaga, coja el tren y me lleve a algún sitio.
Bueno pues sí, algún parecido hay. Perezosas, glotonas... Mar también es bastante miedosa, como yo.  No le gustan los malos rollos, que la gente se pelee. A mí tampoco me gustan los gritos ni las peleas, ni las riñas entre perros. Odia quedarse sola, estar sola. A veces se pone muy triste. Y yo con ella. No me gusta oírla llorar. Y es muy, muy mimosa; hasta creo que más que yo. Y ahora que se han ido dos de sus cachorros de casa y la otra siempre tiene cosas que hacer fuera de casa, ya podéis imaginar lo pesada que está. ¡Todo el día achuchándome! Yo creo que necesita un macho. Yo no tengo tampoco, pero paso. Y mira que Canales, un pastor alemán del parque, me tira los tejos, pero quita, quita...
   ¿Pero en el físico? ¿Parecernos en la cara? ¡Bah! Pues ya me dirán en qué se parece mi dueña a mí, a no ser que en la barriga, porque en lo demás... A veces pienso que a los humanos se les va la olla, en serio.
                                                                                                                               Nuca

11 comentarios:

  1. Algunos nos contentaríamos a veces con solo parecernos a nuestros cuatro patas en el alma.
    Un beso, Mar

    ResponderEliminar
  2. jajaja como me he reído Mar... si que os parecéis si, em la forma de ser sobretodo

    Mariona

    ResponderEliminar
  3. ¡Qué entrada tan graciosa! Besos y guau!!

    ResponderEliminar
  4. Pues no se yo Nuca, tal vez un poquito si que os pareceis y ahora con ese pelito corto que parece lleva Mar..... Así de pronto te digo que guapas si que os veo a las dos.
    Besitos para ti y para tu dueña Mar.

    ResponderEliminar
  5. jejjejee tal vez haya algo en la mirada de sus respectivos ojos que las hermana en lo expresivo! jejejee...y creo que es un elogio para la relación que parece tienen ambas!

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. ¡Cuánta sinceridad debajo de la capa del buen humor! Desnudas tu alma como una poeta. Gracias.

    Te he dejado un pequeño comentario en mi blog.

    Un beso y una sonrisa.

    ResponderEliminar
  7. Mar, me has recordado un libro de John Berger, se titula "King" y es el nombre de un perro que es quien cuenta la historia.
    Está muy bien tu escrito, así también te conocemos un poquito más.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  8. HALO


    El olor de la casa tiene la alquimia de tu piel.
    Entre tu cintura y tus caderas
    sobresale un ánfora.
    Ríes sin que te alcance a oír
    y esa alegría debe ser jardín saturado
    o mar descompuesto.

    Cada amor gozado
    es una hazaña irrepetible.

    Tu recuerdo es esta luz que no flaquea.

    ResponderEliminar
  9. me encantaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!!!!!
    creo que entre nuestros perros hablan de nosotras, estoy segurisima.


    manoli, pope y canales

    ResponderEliminar
  10. Me ha encantadooooooooooo! me he reído muchoooo!! en la sonrisaaaaaaaaaaaaaaaa os parecías en la fotooo! muaks!!! los animales son nuestros espejoooos!

    ResponderEliminar
  11. me encantáis, las dos. y CLARO que te pareces a tu amita, nuca. en lo físico, sí. como en el carácter: las dos tenéis ese pelo negro brillante tan precioso, las dos lo tenéis ligeramente ondulado, y los ojos castaños... y las dos sois bastante altas!

    en lo de la barriguita, ya me fijaré.

    un gran lametón,
    monica lee

    ResponderEliminar