Es más bella la mano al pulsar una cuerda invisible.
Cuando duermes, reaparecen las mil sombras de tus dedos tejiendo filigranas en mi cuello.
Te miro inquieta sin atreverme a respirar. Es la hora más alta del doble vuelo nocturno.
Escribo en la seda de tus párpados mi temor de perderle, de que huya como gato por los techos, de que salte y reviente la cuerda de todas las campanas del mundo de que se despeñe con el sonido metálico de un arcángel en el centro mismo de la orquesta.
Yo también lo prefiero cóncavo y oscuro.
La clave blanca y negra de todo cuanto existe se advierte en su sinfonía de agujas.
Hola Mar. Aunque ultimamente he andado un poco liada y apenas he tenido tiempo de pasar a leeros en cuanto he visto el título de tu entrada he sido incapaz de resistirme a disfrutar unos minutos de la belleza que nos traes. Gracias Mar, realmente me voy con más fuerza Un beso grande
Alma Mahler
ResponderEliminarEs más bella la mano
al pulsar una cuerda invisible.
Cuando duermes,
reaparecen las mil sombras de tus dedos
tejiendo filigranas
en mi cuello.
Te miro inquieta
sin atreverme a respirar.
Es la hora más alta
del doble vuelo nocturno.
Escribo en la seda de tus párpados
mi temor de perderle,
de que huya como gato por los techos,
de que salte y reviente la cuerda
de todas las campanas del mundo
de que se despeñe con el sonido metálico
de un arcángel
en el centro mismo de la orquesta.
Yo también lo prefiero
cóncavo y oscuro.
La clave blanca y negra
de todo cuanto existe
se advierte
en su sinfonía de agujas.
Lucía Estrada
¡Por Dios! ¡Qué belleza me regalas!!! ¿eres Lucía?
ResponderEliminarUn abrzo y muchas gracias sinceras
Hola Mar.
ResponderEliminarAunque ultimamente he andado un poco liada y apenas he tenido tiempo de pasar a leeros en cuanto he visto el título de tu entrada he sido incapaz de resistirme a disfrutar unos minutos de la belleza que nos traes.
Gracias Mar, realmente me voy con más fuerza
Un beso grande
La melodía de un despertar...tal cual!
ResponderEliminarGracias por compartirlo.
Un abrazo!