COMO LA YEMA QUE SOLITARIA
nace demasiado lejos
de la copa de los árboles
como la yema que inocente
nace demasiado lejos
de la primavera, tarde
así nuestro amor,
tuyo y mío,
nació demasiado lejos
de la copa de los sueños.
Ya tú y yo en el otoño,
demasiado cansados
para apuntar a lo más alto,
demasiadas veces vencidos
para seguir luchando,
demasiado descreídos
de futuros renacerse.
La primavera,
tan sólo un borroso recuerdo.
Mar... francamente, precioso.
ResponderEliminarEres una maravilla como persona. Llena de belleza y de luz.
Algún día, la vida, te devolverá todo eso bonito que tú llevas y regalas.
Un beso, con todo mi cariño y admiración, querida amiguina
Bueno, bueno, Celia, soy una persona y ya. Una mujer con virtudes y defectos como todos. ¿El poema te ha gustado? Eso sí que me alegra. A veces desconfío de lo que escribo. Escribo para mí, pero también para los otros, vosotros, lo que conlleva una responsabilidad; si lo doy a leer tiene que ser medianamente aceptable.
ResponderEliminarUn beso y gracias por todo tu cariño y ánimos una vez más,
Mar
nació demasiado lejos
ResponderEliminarde la copa de los sueños.
Estos versos son muy muy buenos.
Santiago, mi fiel seguidor:
ResponderEliminarGracias por leértelo. Me alegro de que te guste.
Un abrazo y besos guapísimo,
Mar