APRENDIZAJE
No tuve que aprender a amarte.
De repente, un día
me levanté y ya te amaba.
A gritos.
Después tuve que aprender
a amarte en la distancia
y, también, a no gritar tanto
-a ti no te gustaba-.
Luego, no sé cuándo,
un día, te sentí de otra forma,
te vi de otra forma.
Me dolías.
Por salvarme,
tuve que empezar a desamarte.
Ahora en silencio,
estoy aprendiendo a quererte
de otra forma,
sin rencores.
No quiero olvidarte.
Guardo en mí la luz del primer día.
Saboreo la alegría del encuentro.
Admiro la transparencia
de aquella primera mirada
que nos dejó desnudos
el uno frente al otro,
hombre y mujer únicos
divinamente humanos
en sueños y actos.
Sin llorar, sonriendo
doy las gracias por el regalo de la vida,
mientras contemplo mis tesoros:
La plenitud de los instantes en los que
tú y yo fuimos nosotros.
n0 cre0...me alej0 del am0r de pareja...asi las c0sas, ¡¡ya era h0ra que leyera una preci0sidad cantada al am0r c0m0 esta!
ResponderEliminargracias
medi0 bes0.
La más hermosa artillería jamás disparada.
ResponderEliminarAnónimo,
ResponderEliminarno sé a qué artillería te refieres. Pero, de verdad, y creo que el poema lo demuestra: soy pacifista. Si te refieres al poema de Neruda, creo que también lo era.
Si lo de "hermosa" es que te gusta la poesía mía, te lo agradezco. Tuya es. Si te gusta la de Neruda, ¿a quién no?
¿Por qué te quedas en el anonimato, Anónimo?
Es una pena no saber a quién estoy enviando esto: BESO
Mar
¿QUe no crees en qué? ¿En el amor de pareja? ¿En cuál? En fin, no eres el único, he conocido a muchos.
ResponderEliminarYo sí. Es cuestión de fe y esperanza.
Así de románticos somos algunos. De ingenuos. Quizás, idiotas.
Esto del medio beso me parce de una tacañería...
Pues pa ti uno, hala!
Mar
Precioso viaje de ida y vuelta. Desde la chispa del amor inicial hasta la maduración de ese amor, para después verlo apagarse y aprender a que no duela ese des-aprendizaje, para terminar finalmente, con el cariño y el bello recuerdo de una experiencia amorosa de aquellos instantes en que, rompiendo las reglas de la matemática, uno mas uno, fueron UNO.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Pepe.
ResponderEliminarMe encanta la última línea que aquí me dejas: "aquellos instantes en que, rompiendo las reglas de la matemática, uno más uno, fueron dos".
Un abrazo y hasta el sábado con Mercedes, ¿no?
¡IMPRESIONANTE! Mar... eres una gran poeta. Me has dejado pasmada, aunque aquella noche, en Pravia, ya pude vislumbrar lo que había dentro de ti.
ResponderEliminarTe admiro como escritora y como persona.
Un beso, querida amiguina.
Celia,
ResponderEliminarno hay para tanto. Y además, te voy a ser muy sincera, no siento mío este poema, no del todo. Mucho es como una reacción a algo un texto que leí sobre el amor y la mirada. Sí que es verdad que el poema había nacido ya, tenía un primer borrador, o dos. Pero del texto tomé ideas y palabras que luego aquí combiné en versos. ¿Plagio?
No sé. Tal vez. Pero claro, ya sobre el amor se ha escrito tanto!!!!
Sobre Pravia, recuerdo que ya te ibas y te pedí que te quedaras. Me daba fuerzas tenerte allí, aunque no lo sabía; sabía que quería que estuvieras.
Un beso cielo Celia,
Mar
Me gustó.
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