- Juanjo, ¿me quieres?
- Ya sabes que sí, mujer. ¿Y tu a mí?
- Pues claro.
- Es que...
- ¿Qué pasa?
- Es que... es que ya no hacemos el amor como antes... ni tanto como antes...
- Pero Luisa que ya no somos unos jovencitos... es normal, vamos muy cansados... ya sabes todos los problemas que tengo en el trabajo... y la hernia...
- es que sólo lo hacemos los sábados... y a mí eso me quita... ya sabes... es que es muy matemático... y siempre lo mismo...
- Pero, ¿no te gusta?
-Sí... pero ¡siempre lo mismo!
-¿Pero tú me quieres?
-Sí, claro que sí. ¿Y tú a mí?
-¡Pues claro! ¿No te lo he preguntado yo a ti primero?
-Valeeeee... Acuérdate que mañana hay partido del Barça y me han invitado al Camp Nou.
-Sí. Yo me iré a dar una vuelta por el centro. Venga, ¡a dormir!
- Buenas noches, mi vida.
-Buenas noches.
Cada uno se gira hacia el lado opuesto de la cama de matrimonio que hace diez años que comparten. Ella nota las duricias de los talones de él en sus pantorillas y en un acto reflejo se aparta. Mientras, él se siente aliviado, pues así, estando más lejos, parece que no le llega tanto el olor a fritanga y pescado que ella desprende.
"¡Ay, Isabel!", piensa él.
"¡Ay, Roberto!", suspira ella.
Más mentiras en casa de Gus.
AUTOCRÍTICA: Después de releído este texto que ayer dejé aquí colgado, me doy cuenta de que hay errores que dificultan el saber quién es quién en el diálogo. Por otra parte, el comentario de una de vosotras me hace pensar que no se entiende lo que quiero decir. Así que o lo olvidamos o lo rescribo. Porque lo que tengo claro es que yo quería hablar de un matrimonio hastiado y desafortunado como tantos, donde el amor agoniza mientras el cáncer de la mentira avanza. Definitivamente no me gusta mi texto; se nota el poco tiempo invertido en él.
MAR, ayyy, pues si llegan a mentir de verdad ¿qué se dicen Isabel y Roberto?
ResponderEliminar__ No te quiero pies duros, te aborrezco futbolero tedioso, panzudo que pesas siempre encima mío los sábados.
__ Aparta sardina seca que me pinchan tus caderas, asquerosa pesada.
O algo así. No sé si es mejor mentir o partir peras.
Nooos vemos te envio ultimatum, cariños y petonets.
Aaaayyy, cuánto se oculta a veces por no herir a quien realmente estimamos.... eso es decir mentiras?
ResponderEliminarCuántas veces en los blogs leemos un bodrio de poema o de texto y decimos, muy tierno, muy bueno, qué bonita foto, jaja, jiji, qué bien escribes o pasaba a saludar... Mentiras o hipocresías?
Besito con olor a berengenas al horno y ARROZ CON LECHE!!!
ayyyy, jajajajaa Cuánto se miente por todas partes. En la cama donde más.
ResponderEliminarRespecto a mentir en los blogs como apunta Vero, no sé, yo no lo hago. Si es un bodrio paso de largo, ni lo leo.
Besos a colonia de bebé.
¿Dónde está la mentira? Isabel y Roberto se quieren con los límites que nos queremos todos, con nuestro egoísmo y con nuestra limitada manera de ser. Si fuéramos perfectos no tendría valor que nos quisiéramos. En mi ideario ni la frecuencia ni la calidad del acto sexual me parecen un termómetro del amor.
ResponderEliminarMe caen simpáticos estos dos enamorados que duermen juntos con sus dos sueños eróticos paralelos y que nunca se cruzan.
Perdon, quería decir Juanjo y Luisa, ¡he confundido a los protagonistas con sus sueños!
ResponderEliminarNunca es triste la mentira, dijo el Nano.
ResponderEliminarCreo que todo en la vida, incluyendo las relaciones de pareja, sigue la ley de los rendimientos decrecientes (Aumento gradual - aumento exponencial - amesetamiento - decadencia).
Por lo que veo esta pareja está en la meseta.
Muy lindo relato.
BLN: Creo que no has entendido lo que quiero decir. Y creo que es porque está mal escrito. En relación a eso he añadido una nota en rojo.
ResponderEliminarGambetas de lana: me encantó tu comentario. No me digas muy lindo el relato, yo me lo he releido y no me gusta. Le he encontrado muchos fallos. Por eso he dejado esa nota en rojo.,
Natàlia: no entiendo muy bien tu comentario. No me extraña. ¡Mi historia no se acaba de entender!!
ResponderEliminarPor eso he añadido ese párrafo en rojo.
Partir peras sin duda es mejor. No me cabe duda.
Vero: mentiras piadosas? Hipocresía. Me salió muy light, la historia yno quería eso. Bueno, es que no se entiende bien , la verdad.
ResponderEliminarEn cuanto a tu comentario sobre los blogs, completamente de acuerdo.
¡Me encantan las berenjenas y el arroz con leche!
GRACIAS. Besos agradecidos por tales manjares.
Ardillita, me encantan tus besos. Mmmmm, los hombres que huelen a Nenuco son mi perdición.
ResponderEliminarY sí, en la cama se miente mucho, tienes razón, y en los blogs también. ¿Por qué? Supongo que es lo que dice Vero por no lastimar a gente que estimamos. Y, en verdad, a veces hacemos mucho más daño.
Sí que he entendido, son Juanjo y Luisa, un matrimonio que a veces se siente un poco hastiado o cansado de la monotonía de la vida de pareja, que a veces o incluso a menudo tiene sueños donde se aparecen sus Isabeles y Robertos que imaginan mejores, que construyen como parejas ideales, pero que al final se quieren dentro de su imperfección. ¿No te parece bonito?
ResponderEliminarQuizás las grandes hipocresías comiencen siendo (o aparentando ser)mentiras piadosas...!
ResponderEliminarYo creo haberlo entendido bien.
Un abrazo.
Hola Mar
ResponderEliminarLeí ayer tu relato y hubiese jurado que te había dejado un comentario, pero por lo que veo no es así.
Yo lo había entendido perfectamente, el hastio de una pareja que se conforma con el cariño conocido que se tienen entre ellos pero que en la soledad acompañada de las noches sueñan con la ilusión de lo prohibido.
Me ha llamado mucho la atención la ley del rendimiento decreciente que cuenta Gambetas, no la conocía y me deja pensando en como será la época de la decadencia porque esta ya me parece bastante triste
No leí los comentarios. No entiendo que es eso de falta de dedicación al texto. A mi me quedó clarísimo.... evidentísimo.... más claro que el agua, más verdadero que.... bueno. que lo entendí.... que se trata de mentiras, de rutinas y de.....bueno, pero vamos a herir con más verdades?
ResponderEliminarCon respecto a los blogs, y con RESPETO a ellos, bueno, que siempre encuentro algo que me gusta de lo escrito y si no del que lo escribe y sin mentir, siempre aliento la manera de continuar vinculado a ese bloguero. Yo entiendo que de eso se trata y esa es mi verdad, sin vueltas, pero con delicadeza.
QUERID@S TOD@S:
ResponderEliminarde momento no voy a rescribir este relato. Simplemente, no me apetece. No me molestó, que quede claro (alguien pudo o podría pensarlo), que entendierais lo que quisierais; que ya veo que quien más quien menos, leyó lo que yo quería que se leyera. De todas formas, por algunos comentarios, deduje que no estaba claro lo que yo queía decir y sí que me mosqueé, pero conmigo misma, por escribir con prisas, sin estrujarme el cerebro lo suficiente... Porque lo releí y yo tampoco lo veía y vi otras posibles interpretaciones. Yo quería que se leyera una cosa, denotar una realidad, identificar una mentira, y si no lo conseguí, creo que, al menos en este texto, es responsabilidad de mi escritura.
Y no me enrollo más que ya vale de mirarse el ombligo y me voy a leer lo vuestro que aún no he empezado y ya toca.
Un abrazo sincero
Tranquiii MAR, besito dulce, hasta la vista, jejeje, petonets.
ResponderEliminarquiero hablar de tu autocritica...
ResponderEliminar¡¡¡y un guevooooooooooo...se entiende bien¡¡¡¡
quiero hablar de tu autocritica...
¡¡¡y otro guevoo...¡¡¡ ¿acaso ese final que habla de las durezas de los pies no significa ya un hastio?
¿acaso...mar martin...tu texto es sencillamente, bueno...¡¡¡¡
medi beso...mas medio beso...
si tienes tiempo, suma...averiguaras que...
A ver. recapitulemos: El hastío se hace patente, la rutina se hace patente, el engaño y la mentira se hace patente, el cansancio anímico de una relación que no funciona aunque se sobrelleva, se hace patente. Incluso la añoranza de otros nombres supongo que de amores u oportunidades remotas se hace patente. ¿Mal escrito?... me temo que coincido con nuestro amigo Gonzalo y que has sido excesivamente dura en tu autocrítica.
ResponderEliminarO eso, o yo soy un pésimo lector.
Un abrazo.
Gustavo querido:
ResponderEliminarcuidadín con los guevos, que eso es cosa sagrada. Eres un exgerao con las albanzas. Con los besos...
¡Ah! Un diez: lo de las durezas... Esa era mi intención... Igual que lo del perfume de ella. Me corte: iba a poner que se tiraba un rotundo pedo que a él le daba un asco que ni tecuento.
De todas maneras, que conste que no me mosqueo con nadie más que conmigo, mademoiselle doña callos. jajaja
Pepe,
ResponderEliminargracias por tu lectura y tu recapitulación. No creo que fuera tan dura.
Oye, ¿quién es Gonzalo? Que yo sepa es Gustavo.
Un abrazo.
Mar. A ti no te gustará, pero a mí sí. Es una reflexión sobre "el pan nuestro de cada día". A menudo los años, convierten algo que fue verdad, en una mentira que nadie quiere desvelar.
ResponderEliminarUn beso, guapina.
Celia querida,
ResponderEliminarme encanta que me visites.
¿Y por qué nadie quiere desvelar ese tipo de mentiras?